Todo es muy desaforado.
"The Texas saw massacre", 1974. Director: Tobe Hopper. Fotografía: Daniel Pearl
El
aforamiento tenía por objeto que un cargo público no pudiera ser juzgado en los
tribunales ordinarios por causas derivadas del ejercicio de sus
responsabilidades. Esta peculiaridad legal ha desembocado en un paraguas de
inmunidad para ciertos privilegiados, sin más.
Hay
ocasiones en la carrera de un periodista en las que tiene que hacer la vista
gorda con respecto al cumplimiento de ciertas normas. Más aún cuando son
quienes las promulgan los mismos que ponen trabas a la labor informativa. Creo
que todos los que hemos trabajado en esto, hemos hecho oídos sordos alguna vez a prohibiciones expresas en la toma
de imágenes o a las de acceso a algún lugar determinado, sin tener que ser el
más intrépido de los reporteros. A veces, la verdad se esconde detrás de las prohibiciones*.
Pero los periodistas no son aforados, responden ante la ley como cualquier otro
ciudadano. Y así debe ser.
Según
este criterio, uno de los mejores periodistas que conozco se enfrentará el 4 de
diciembre a una petición de 2 años y 8 meses de cárcel por desórdenes públicos, daños y lesiones; hechos que habría
perpetrado cuando hacía fotos de una protesta de Greenpeace en 2011. Si yo no
le conociera, me podría imaginar que se trata de una mala bestia parda; al
igual que si yo no conociera el oficio, podría pensar que los reporteros
gráficos se dedican a algo diferente a tomar imágenes mientras están
trabajando.
Pero
resulta que he sido reportero gráfico durante muchos años y sé a lo que me he
dedicado. Y resulta que conozco muy bien al acusado, el fotoperiodista Pedro
Armestre, como para saber que a este hombre no le obsesiona nada más en la vida
que darle bocados a la realidad con sus cámaras de fotos. Es esa obsesión la
que le empuja a empotrarse cada verano con los retenes forestales para
retratarlos mientras luchan a cara de perro contra el fuego. Esa misma obsesión
le dio coraje para pasar noches acampado en Sol por si la Policía desalojaba la
protesta.
El año pasado, esa obsesión le dejó una cicatriz de la rodilla a la ingle por querer captar desde demasiado cerca la muerte del Toro de la Vega. El morlaco le abrió la pierna en canal antes de su último aliento. Semanas antes, una imagen suya de los “sanfermines” dio varias vueltas al mundo. Una imagen que le otorgó varios premios de prestigio.
El año pasado, esa obsesión le dejó una cicatriz de la rodilla a la ingle por querer captar desde demasiado cerca la muerte del Toro de la Vega. El morlaco le abrió la pierna en canal antes de su último aliento. Semanas antes, una imagen suya de los “sanfermines” dio varias vueltas al mundo. Una imagen que le otorgó varios premios de prestigio.
Y no es un héroe (me cansan las gestas periodísticas), sino un profesional que hace muy bien su curro; una cabeza que nunca descansa, un tío al que pierdes un rato de vista y te vuelve con la imagen que saldrá en las portadas del día siguiente. Y encima el tipo es muy buena gente. De los que ayudan, se preocupan por los demás compañeros y por mantener la dignidad en el oficio.
Por
eso me cuesta creer que blandiese una radial y le rajase la barriga a un agente
de seguridad privada, aquel día de 2011. Me creo con mayor facilidad lo que me
ha contado esta mañana, eso de que acaba de volver de Guatemala, donde las amenazas a periodistas son reales y
sus ejecuciones, inmediatas; pero que en este país se han inventado argucias
legales para quitarse a tipos incómodos de en medio sin mancharse las manos,
como es sentar a un periodista en el banquillo bajo unos cargos delirantes. Un
ejemplo para hacer cundir. Claro, que nada de esto le estaría pasando si fuese
un aforado.
Para más información sobre el juicio, podéis leer la entrevista que publica cuartopoder.es, aunque me comenta Pedro que no está satisfecho con ciertas frases publicadas, enunciadas en broma fuera del contexto de la entrevista; o con la afirmación de que sus hijos están al tanto de todo. Él mismo me aseguró que los ha protegido para que no sepan nada del proceso.
Para conocer el trabajo de Pedro Armestre, visitad http://www.calamar2.com/ y http://pedroarmestre.photoshelter.com/
*(Quería evitar los “frasones con nata” –como dice
mi querido Carlos Ruano- pero este era irresistible)
Comentarios
Feliz cumple, viejo amigo.