Number one
A qué hora te levantas.
Los ceros de tu nómina.
Cuántos cigarros fumas al día
y cuántas copas bebes a la semana.
Tu peso,
tu estatura
y la talla de tu disfraz.
Lo que cuesta la comida,
cuántos terrones endulzan tu vida,
cuántas calorías amargan tu existencia,
La velocidad de tu coche,
la de tu conexión a la red,
los centímetros cúbicos
y los gigas que transmites.
Las excesivas horas que trabajas,
los escasos días de vacaciones.
El teléfono móvil,
el fijo,
el del curro.
Tu agenda rebosante de nombres,
tu DNI,
tu DNI,
tu identificación fiscal,
¡tu afiliación a la S.S!
¿también gastas pasaporte?
Los días que vendrán,
los años que malgastaste.
Números.
Cifras escuetas o interminables.
Números.
Enteros.
Decimales.
Ordinales.
Cardinales.
Quebrados.
Pi.
Números.
Árabes.
Romanos.
Vestigios de la vida contemporánea
que el advenimiento de la era digital
redujo a 0 y a 1.
1 y 0.
O uno o nada.
Ya no valen 2.
Mucho menos, 3.
4, impensable.
A partir de 5,
ciencia ficción.
Admite que sólo puedes ser uno.
Cero, en caso contrario.
Uno o nada.
Ser o no ser.
Sí o no.
De ser, sólo ser uno.
Uno solo.
Solamente uno.
Uno como los demás.
Los demás,
una plaga homogénea
e indiferenciada de unos.
Quizás sólo se puede ser uno.
Habrá que ser mucho más uno que el resto.
Un "number one".
Fotografía: Daniel Sánchez Limón. Ganador del concurso "Unos y ceros".
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Comentarios
Un besote
La seven
Un rayo de sol se cuela tímido por la ventana,
hay un tipo que escupe en la acera de enfrente.
Qué guarro, piensa la gente.
Y los mendigos putas viejos
te dan igual, tu eres normal,
joven, con nómina, decente.
Quizá si fueras más rico
podrías comprarte un pedazo de mierda enlatada
y esperar, con el tiempo, a que se revalorice.
A veces sin razón
quieres llorar
te sientes solo
aquí, en casa,
en la cola del bus,
en el baño, en la secretaría.
No estás solo,
¿ves? tu móvil suena.
Si la soledad no es tan grave, hombre.
No tanto como la guerra, la muerte, el hambre.
Pero aquí sirven paz, salud y tortilla.
¡Ánimo chico! ¿qué tal otra cañita?
La rueda gira y con ella tu ciudad,
tus amigos, tu novia, tu animal.
Mantienes la respiración
Y sigues dando vueltas.
Les acompañas.
Por la estación solo pasan trenes
sin momento
para nuevos pasajeros.
Quédate atrás por favor,
-lo dice el altavoz-
obedece
o
verás la miseria del hombre
-la tuya propia, en serio-
en los mendigos putas viejos
el reojo del mundo.
Los perdidos.
Si frenas,
vomitas.
Esto no es poesía, (pensarás).
Es el momento de abrir tu lata.
¿Tiene mierda o está vacía?
Ahora enchufa el televisor.
Buenos días.
¿Donde quedan los tiempos en los que una imagen era la impresión de un negativo esperando la luz?
Pues la verdad es que cerca: Tambien en aquella ocasión los haluros del nitrato de plata podían ser impresionados... o no, con lo que definian un nivel de luminancia concreto basado en la reacción a la luz... o no. De ahí la escala de grises, una escala de mayor o menor densidad de partículas impresionadas... o no.
¿Y si la imagen era en color? Pues igual pero aplicado a la mezcla de tres procesos de excitación... o no: el del ROJO, el del VERDE y el del AZUL...
Siempre dos opciones.
La civilización digital se basa en la conexión (o no) de trillones de puentes eléctricos. Y JODE PENSAR que en el fondo el funcionamiento termina siendo igualito a una máquina que nos debe sonar bastante: La máquina PURÉ DE PATATAS, esa CPU con forma de balón de balomanano que es perfecta para llevar boina...
O no..
Y dirá Cano con su F 100:
-Si, pero no es lo mismo
Hay que joderse!
Habla de mundos opuestos y yo lo reflejo en la América del ser, inacaba y la Europa hedonista, sin ofender...
Un beso azteca, monique....y gracias por sus comentarios lo hacen grande a usted y humilde a mí...como lo que soy.