En directo desde El Barraco.



En la cuna del Valle del Alberche, junto al embalse del Burguillo, rodeado de un paisaje de paz y naturaleza, se encuentra El Barraco. Muchas veces las cosas ocurren porque sí. Como la tradición ciclista de este término municipal, de donde han salido el legendario Arroyo, el trágicamente desaparecido Chava Jiménez y el último vencedor del Tour de Francia, Carlos Sastre. El 30 de julio sus vecinos le rendían un sentido homenaje y los medios de comunicación fuimos a cubrirlo en masa.

El Barraco es un pequeño municipio de gente afable. Si entras muy deprisa te sales. En la plaza del pueblo, de las de siempre, se ubica el ayuntamiento que cuenta con un campanario. La idea de los organizadores era que Sastre llegara a pie, ofreciese una rueda de prensa en el consistorio, saludase al público desde su balcón y tras un paseíllo triunfal de cien metros, acompañado por la banda municipal, subir a un estrado en la plaza para dirigir unas palabras de agradecimiento y dejarse felicitar por sus vecinos. En serio, después de tanta ficción y tanta pose, tal campechanía y naturalidad resultan conmovedoras. Fue el alcalde en persona quien organizó los fastos. Al igual que él mismo fue quien nos abrió la puerta del ayuntamiento y la del salón de actos para que colocásemos allí los tratos de matar.

Ahora os ofrezco el relato de lo que no se ve, para que se vea lo que veis. Una hora antes de la anunciada para el comienzo de la fiesta, la puerta del ayuntamiento es un hervidero de cámaras, micrófonos y cables. A las 18:30 ha de llegar Sastre. En ese instante estarán emitiendo "Está pasando" en Telecinco, "España Directo" en La Primera, "Visto y oído" en Cuatro, "Madrid directo" en Telemadrid y "El método Gonso" en Antena 3. Todos estos programas realizan por costumbre, conexiones en directo desde el lugar de la noticia. Su objetivo, el de todos, es cazar al ciclista antes de la rueda de prensa. Suma que "Sé lo que hicistéis...", de La Sexta, envía a una de sus bellas y pizpiretas reporteras, cuya presencia en pantalla es más importante que la del propio protagonista del evento.

Un amigo del alcalde al que le inspiro confianza, me dice que Sastre no llegará por la carretera, donde le esperan fotógrafos y equipos de TV, sino por el callejón opuesto y a pie. Ahora sé algo que sólo saben muy pocos, así que tras comentárselo a ciertos compañeros que habrían hecho lo mismo por mí, me acerco con disimulo al punto citado. El hombre no mentía, y con algo de retraso, la estampa sencilla y sincera del ciclista aparece sobre el camino de adoquines. Lo tengo de frente, en el plano bueno, y aguanto el empuje de treinta compañeros en cuyo subconsciente está ocupar mi lugar. Entonces... descubro que no he metido cinta en La Nena. En plena melé, aprovecho los instantes en que Antena 3, Cuatro y TVE preguntan en directo al triunfador de la ronda francesa para meter sacar la cinta del bolsillo con una mano, quitarle la caja e introducirla en el cajetín sin bajar la cámara del hombro. No sé cómo lo hice, pero aguntando codazos, empujones, golpes y pisotones (obviemos los gritos, que queda soez); lo hice. Necesitado te veas... Empiezo a grabar, pero aún no me sirve ni un plano. A pesar de ir a hablar en rueda de prensa, el ciclista es abordado una y otra vez. Responde con una amabilidad que pone los pelos de punta a cada micro que le enchufan, incluso cuando su hijo corre riesgo de aplastamiento al ir de su mano. Hemos recorrido tres metros en unos cinco minutos. Es como una marabunta de hormigas que se desplaza lentamente en tropel. Consigo grabar tres saludos espontáneos, besos y abrazos y trato de salir de la manada sin quedarme muy descolgado para la entrada en el ayuntamiento. Cuatro vuelve a la carga y aparece Telemadrid.

A pesar de que intentan filtrar la entrada al salón de actos para que sólo accedan los medios, la estancia recuerda a la boda de Lolita. Podemos estar soportando cerca de 50º sin ventilación. Irrespirable. Noto que el cámara de Telemadrid me mira con gesto raro. Como si acabase de descubrir que me acuesto con su mujer desde cinco años atrás. Lo ignoro (a él, no conozco a su mujer ni sé si la tiene). En la rueda de prensa apenas hay preguntas a pesar de la impresionante afluencia de medios. Flipo. Y mucho. El verdadero percal de la historia se desvela. Aquí nadie quiere informar. Lo he dicho cien veces. Aquí todo el mundo quiere decir "aquí estamos". Los que elaboramos piezas y los que hacen fotos estamos a otra cosa, pero condicionados por los estragos de los directos. Ni una palabra en contra de los profesionales que allí estaban, dando el callo de manera ejemplar para realizar la labor que les han encomendado. En otras ocasiones, yo he sido uno de ellos. Pero la realidad es que aquello se convierte en un pifostio descontrolado en el que los cables que nacen de las unidades móviles se enredan en los pies y en los cuellos como boas constrictor, a pesar del esfuerzo de los técnicos por evitarlo.

Tengo un "flashazo" y me da por subirme al balcón desde el que va a saludar Sastre. Una imagen única, si la consigo. En la escalera se han plantado los de "Madrid directo" para, ¡oh sorpresa!, entrevistar al campeón en directo. Creo que lo han intentado antes en la puerta del ayuntamiento, pero no debió salirles mal. Es entonces cuando descubro el origen del cabreo para conmigo del cámara. Según él, soy un mal compañero y lo que he hecho no tiene nombre. Dice que me puse en la llegada delante de Sastre, y que no me aparté cuando treinta pavos sudorosos me empujaban para quitarme el sitio. Se lo explico, pero tiene ganas de bronca. Suele ocurrir cuando no has pillado cacho. Ni me molesto en decirle que gracias a las cuatro entrevistas en directo de programas como el suyo, era imposible grabar un plano limpio de alcachofas o reporteros. De haberlo hecho, me hubiese salido antes. O no. Qué carajo. Me doy media vuelta y dejo de perder el tiempo.

Llego al balcón. Allí no hay nadie, así que me apuesto en un lado de la exigua terraza a esperar a que suban. La gente grita al ver la cámara. De felicidad. Sube Sastre y con él una manada de periodistas y políticos, aunque sólo hay sitio para tres.

Fotografía: J.J.Guillén

En cuanto se asoma al balcón, la redactora de "Está pasando" aparece junto a él para entrevistarlo (en directo) para la cámara que hay en otro balcón frente al nuestro y trata de interponerse entre Sastre y yo. En la foto podéis ver el micro de mi cámara a la derecha. Le dejo que haga su trabajo esperando el momento en que el campeón ofrezca al pueblo el maillot amarillo, pero me mandan sms's diciendo que estoy en mitad del plano de Telecinco. Un compi se agacha delante de Sastre, con lo que éste no puede asomarse. Le enchufa seis micros de diferentes medios con ambas manos. La gente aclama a su paisano, pero su atención está de nuevo ocupada con las televisiones y las radios. Aguanto las nuevas y redundantes entrevistas con el estoicismo y la poca paciencia que me quedan. Empieza a resultarme ridículo el circo que le estamos montando. Cuando la reportera termina de preguntar, exploto y grito que le dejen asomarse de una puta vez. Por los vecinos. Y por grabar al fin ese plano tan cojonudo que sé que voy a tener. He aquí los documentos que atestiguan tal momento de felicidad.

Fotografía: J.J.Guillén

Fotografía: J.J.Guillén

Después vino el paseo triunfal y los agasajos desde el escenario improvisado. La entrega de todo un pueblo a uno de sus hijos predilectos. Fiesta sana, no sé. Sin ceporros que la terminan en bronca ni figuras endiosadas de "mírame y no me toques".
El Barraco y Carlos Sastre nos dieron un ejemplo en ese aspecto. Sufrieron sin protestar nuestro acoso depredador. Si alguien hubiese zapeado con acierto, hubiese creado un bucle en el que Sastre contaría lo mismo a diferentes reporteros sucesivamente. Todos se imitan y se crean franjas televisivas endogámicas, en las que es imposible encontrar una idea original. Se acaba informando de una realidad transformada por nosotros mismos. No es la consabida manipulación. Es el maquillaje que deben sufrir los acontecimientos para convertirse en espectáculo televisivo.

Lo dicho. Aquí estamos.

Comentarios

José Mª C. ha dicho que…
Luís,no te envidio nada de nada, menudo marron que te comiste; ese cámara de Telemadrid (de los de unidad movil), seguramente que será el mismo que me atizaba con la pértiga del micro el día del funeral de F.F. Gómez, resulta que le quitaba plano a su redactora, cuando todos rodeábamos a Zapatero y su redactora de M.D. no tenia sitio, recuerdo que pausadamente y con cara de mafioso cabreado me volví hacia el y suavemente le insinué que la próxima vez que me atizase con el micro se podría tragar la óptica de su Sony y tanto Chache, como Gerardo, se partían la caja y cuando lo recordamos continuamos partiéndonos la caja. Yo lo que no puedo entender, es que después de sacarle durante todo el fin de semana todas las televisiones, la federación, Jaime Lisaveski , incluso el Ministerio de Cultura, llega el ganador del Tour y nadie le monta nada a nivel oficial; ¿es necesario que acuda el Rey o el Presidente del Gobierno a los eventos para que tengamos un poco de orden en el curro?.
felices vacaciones si ya te corresponden y si no, lo mismo nos vemos por la calles
kari ha dicho que…
Dejo los comentarios de esta entrada a los "pofesionales"...pero, déjame hacerte una pregunta chorra porque hace mucho que no te veo...tío, ¿T'has pelao?

Besos y no me mates por poner tonterías en tu blog... a veces, hasta intento ser seria, aunque ahora no sea el caso.
Unknown ha dicho que…
Hermano, ay, cómo me apena que te tengas que encontrar con esta gentuza por el camino. La única fortuna de hacer informaciones "serias" (o aburridas, o sea política municipal y esas cosas) es que no te encuentras con esta peña. Pero cuando toca... Dios, la tarde en que Farruquito entró en prisión, o el día, en la primavera de 2006, en que mis colegas de Ana Rosa grabaron y emitieron los rostros de TODO el jurado de un crimen tremendo, así, en riguroso directo... Con esta entrada has dejado un máster de cómo se coloca un buen profesional, de cómo tiene que mirar, si lo dejan, claro... Qué perro es en ocasiones nuestro oficio. Y acerca la foto, hombre, a ver si te pongo cara de una puñetera vez!!! Ya te haré una entrada como dios o el diablo manda otro día, que hoy, todavía, hay que hacer un periódico. Qué divertido. En serio. Agur
Alberto Tallón ha dicho que…
Os lo pasais en grande! no digais que no...al menos es un trabajo movidito, aunque de vez en cuando haya que aguantar las capulladas de alguno.

Hay programas de televisión que están haciendo mucho daño con ese "pseudoperiodismo", que le vamos a hacer, es lo que hay...convierten cualquier cosa en un circo...

Por cierto, un crack colándote en el balcón!!!
Anónimo ha dicho que…
Por lo que veo la cosa no cambia y si lo hace es a peor, cada vez me alegro mas de haber salido de ese circo.

Un saludo.
THE LITTLE QUEENS ha dicho que…
Yo me estreso sumamente leyendo tus cronicas... no me magino estando en tu piel. Son gente odiosa la de tu oficio, porque los de tele5 tienen tu oficio tambien.
El caso es que mi pregunta:¡¿cómo que se te olvido poner una cinta en la cámara?! Pero Luís si eso se prepara antes... no? es como eso de hacer pis antes de salir de viaje.
Bueno que sigues ahi y eso es importante. De nuevo a 40 grados, empieza el letargo.

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