Palabrería.




Cuentan esos libros de Historia que dan saltos temporales milenarios en un sólo renglón, que hubo un día perdido entre miles de millones de años, en el que el mono se descolgó de los árboles y comenzó a caminar erguido y a evolucionar hacia lo que hoy conocemos como ser humano. Creo que entre lo uno y lo otro también transcurrieron milenios. Se pueden contar por miles las primaveras que sucedieron a otros miles de inviernos hasta que el hombre desarrolló una de su habilidades exclusivas: la palabra. Desde entonces han transcurrido miles de años.

La palabra nació para ser pronunciada, escuchada, entendida e interpretada. Las palabras significan y provocan reacciones y sentimientos. Con el paso de los años, miles, las palabras comenzaron a ser escritas para que fuesen leídas y estudiadas.

Hay palabras, palabros, palabrejas, palabrotas y palabritas. Hay palabras en el aire porque algunas se las lleva el viento, pero también están en la punta de lengua. La palabra se cede, se pide, se concede, se quita o se pierde. Se agrupan en turnos y se autoriza su uso. Las palabras clasifican a las personas porque hay hombres y mujeres de palabra y hay quien no la tiene. Calla la gente parca en palabras pero a veces, las palabras sobran y están de más. Hay palabras de aliento, de consuelo, de ánimo, de apoyo... palabras de amor. Hay palabras de perdón, pero también durísimas palabras, de condena, de desagrado o de desacuerdo. Hay palabras vanas, huecas, vacías, poca o mucha palabra. La palabra de Dios se adora, se valora la palabra de honor, que también bautiza escotes o las hay que van de boca en boca porque a veces, saben a beso. Las palabras se miden o se hacen medir. Se moderan, se dice una más alta que la otra y en ocasiones se comen y se tragan por voluntad propia o ajena. Palabras que no dicen nada en estas cuatro paredes y que, como lágrimas en la lluvia, se perderán; que dicen poco, mucho o que lo dicen todo. Son torpes o acertadas. Reconfortan o caen como un jarro de agua fría y por su propio peso. Palabras que escuecen, que duelen, que matan... que pesan, que faltan, que brillan por su ausencia. Hay palabras que quitan el sueño y otras que lo provocan. Son sentidas, putas, sucias, alegres, oportunas, innecesarias, exactas, ofensivas, cariñosas, precisas, claras, ambiguas, amigas, hirientes, anheladas... Una sola palabra, en dos palabras, con tres palabras, cuatro palabras...Hay palabras igual que a veces, no hay palabras. Si se juntan mil, no valen más que una imagen. Quizás tampoco cuentan más que los actos, pero una palabra puede cambiar una vida. Se olvidan fácilmente o se clavan igual que se quedan grabadas a fuego. ¿Quién dijo la primera palabra?, ¿cuáles han sido sus primeras palabras? Todo el mundo quiere tener la última palabra y más que el resto de las palabras, viven por toda la eternidad las últimas palabras. Ni una palabra más.

Sin embargo, tras miles y miles de años, la indignación, la crueldad, la injusticia, el odio; pero también la belleza, la alegría, la bondad, la puesta de sol o el recuerdo incrustado de la luna en tus ojos; la misma esencia de aquel mono que se descolgó del árbol y que se convirtió en humano, y todo lo bueno y malo que es capaz de crear o destruir, me siguen dejando sin palabras.

Comentarios

kari ha dicho que…
¡No sabes cuánto te echaba de menos!
¡Ole! Ya era hora.
Te quiero.
Unknown ha dicho que…
Hermano, qué delicia leerte. Al fin, te hemos recuperado para la causa...

Besos
Anónimo ha dicho que…
Eres la pera!! Como me gusta leer y releer todo lo que escribes.

Tus palabras no se olvidan fácilmente.... Ya están impresas.

Siento envidia de la luna que tanto te inspira.

MUA!!
hijoeputa ha dicho que…
Para algunos la palabra miente y para otros la palabra es la única capaz de decir la verdad. Si te has leído el blog de Alf sabrás por que lo digo.
THE LITTLE QUEENS ha dicho que…
Pero por muchas palabras que haya tambien hay oidos sordos y ojos que miran a otro lado. Palabras prostituidas y vendidas que ya no son lo que eran, palabras que dejaron de significar y andan en el limbo perdidas, intentando llenarse de imagenes que expliquen, que las expliquen.
Justicia, paz, palabras manidas, sobadas que provocan risa o miedo y que son engullidas por los medios.
Peor que millones de palabras inutiles es la sordera absoluta que sufre el poder. Y eso me provoca una pena infinita.
Anónimo ha dicho que…
Bueno como siempre. Un placer leerte.

Un besote

Sílvia la Seven
Anónimo ha dicho que…
REVOLUCION? ja, ja, ja, que risa tia Luisa.Tu pene en mi ano.Please.
Anónimo ha dicho que…
y miles de palabras de agradecimiento... por ejemplo: mil veces mil gracias Kacho

ginebra
Anónimo ha dicho que…
Y por muchas palabras que existan todavía quedan por inventar aquellas que expresen lo que se vive actualmente...
VolVoreta ha dicho que…
Las últimas palabras que le escuché pronunciar fueron "cada minuto que pasa te quiero más"...se me quedaron grabadas a fuego en el alma y todos los días resuenan en mis oídos.

Precioso, como siempre.

Te dejo un beso.

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